Dibujo de una mujer morena con un megáfono

MVP: Las mejores siglas para tu producto

Introducción Crear una startup o empresa emergente supone un alto coste y conlleva un gran riesgo, dado que únicamente el 10% de ellas tiene éxito. Una manera de reducir el riesgo y minimizar el tiempo y dinero invertidos es construir el producto mínimo viable  (o MVP, del inglés Minimum Viable Product). Una expresión que no tiene nada que ver con el MVP (Most Valuable Player, es decir, jugador más valorado) que se utiliza en deportes como el baloncesto o el béisbol. En el área empresarial, esta técnica consiste en desarrollar la versión mínima del nuevo producto que se quiere lanzar al mercado, creado con las características básicas que satisfagan las necesidades de los clientes y que nos permitan conocer lo antes posible qué acogida tiene en el mercado y qué mejoras necesita. Para que sea viable y no se desperdicien recursos en la primera toma de contacto con los clientes, hay que tener en cuenta las características del MVP: Diseño Básico, pero funcional; que cubra las necesidades de los consumidores y les ofrezca una buena experiencia por su aspecto visual y su interacción. Usabilidad Debe ser lo suficientemente útil como para que, desde el primer contacto, el público objetivo esté dispuesto a comprarlo. Fiabilidad El objetivo es que cuente con las funcionalidades adecuadas como para solucionar los problemas de los consumidores. De este modo, satisface las demandas básicas y permite evaluar qué funciones se podrían implementar en las siguientes fases. En definitiva, el MVP permite: ahorrar costes y tiempo de implementación; trabajar directamente con los consumidores; conocer los comportamientos y preferencias de estos; y si existe suficiente demanda, evitar fracasos y grandes pérdidas de capital. También es útil para reunir y optimizar bases de datos de clientes. Claves para crear un MVP viable Investigación del cliente Lo principal para desarrollar la estrategia de lanzamiento del MVP es conocer al cliente potencial, deducir su patrón de comportamiento y su perfil de consumo. Estudio de la competencia El objetivo es encontrar el camino menos transitado, pero con mayor potencial, y darle un nuevo enfoque. Para ello se debe conocer a la competencia, si es que existe, su posicionamiento, sus precios y canales de comunicación, y crear un mapa con las experiencias de los clientes para conocer sus opiniones. Adaptabilidad El riesgo es menor en esta fase, por lo que se puede aprovechar para asegurar que el producto se adapte a lo que buscan los clientes y anticipar las mejoras al lanzamiento oficial del producto. Como agencia de Marketing y Publicidad, en NCA pensamos que es una gran idea realizar una primera toma de contacto con el público objetivo para que, una vez conocido su nivel de demanda y sus preferencias, el lanzamiento final sea mucho más fácil, rápido y asequible.

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