Buyer persona: cómo definir a tu cliente ideal
¿Qué es un buyer persona? Un buyer persona es una representación semi-ficticia de tu cliente ideal, basada en datos demográficos, comportamientos, motivaciones y necesidades reales. Definirlo te permite personalizar tus estrategias de marketing y comunicación, enfocándote en los perfiles de consumidores que realmente pueden beneficiarse de tu producto o servicio. Al conocer sus hábitos y preferencias, puedes desarrollar mensajes más efectivos que conecten con sus intereses y, en última instancia, optimicen tus resultados comerciales. El buyer persona es la clave para que tu plan de marketing funcione. No importa que tengas la mejor estrategia de marketing, si fallas en conocer a tu cliente ideal, la comunicación fracasará y no tendrás ventas. Necesitas entender quién es tu público. En este artículo te ofrecemos un paso a paso para definir con acierto a tus compradores. Ten en cuenta que no en todos los negocios es igual. Aquí vas a encontrar una receta, pero considera adaptarla a tu caso, según en qué sector estés y con qué información cuentes. 1. ¿Quién es tu buyer persona? El cliente ideal es aquel con el que podrías trabajar siempre, ese que disfrutas y que más retorno te ofrece de tu producto o servicio. La definición de tu buyer persona es primordial para tu negocio. Ese comprador ideal es la razón por la que tu empresa está operando o va a operar. Si ya tienes un proyecto validado, felicitaciones: conócelo y ten claro qué quiere. En caso contrario, si todavía estás empezando, puede ayudarte hacer pruebas de mercado para explorar el comportamiento que genera tu oferta. Ten en cuenta que no es obligatorio que te ciñas a un único perfil de cliente. Es cierto que facilitaría la comunicación, pero no siempre es conveniente o necesario sacrificar parte de la audiencia. Puedes tener más de un cliente ideal, aunque si son muy diferentes, te conviene usar marcas diferentes. Por ejemplo, las grandes empresas de bebidas hacen un branding específico para cada línea de productos. Así abarcan muchos perfiles de forma eficaz, desde deportistas hasta fiesteros. 2. ¿Qué opina de tu producto o servicio? Si todavía no tienes esa información, búscala investigando a tu competencia. Hay formas muy económicas de hacerlo, como analizando reseñas y comentarios en línea. Pero no te fíes de cualquier «opinión» que encuentres, muchas son falsas. Trata de llegar a fuentes fiables mediante entrevistas o cuestionarios. Utiliza en la comunicación de tu negocio la forma de hablar de tu cliente ideal. Usa las mismas expresiones y palabras. 3. Crea el avatar Este prototipo de cliente o avatar es una ficción que utilizamos como herramienta. En este paso vas a crear una especie de ficha con una descripción completa, incluso puedes incluir alguna foto y nombre. Por ejemplo: Raquel, cincuenta años, ama de casa, casada, sin hijos, busca comprar una mascarilla antiedad para cuidar su piel. En ocasiones lee el periódico, pero lo que más le gusta es la radio. Siempre la escucha mientras hace tareas en casa. Creó cuentas en algunas redes sociales, pero no las usa, solo WhatsApp. Nunca usa YouTube ni plataformas de streaming, solo sabe de ellas cuando aparecen en su televisor, que suele ver entre tres y cuatro horas al día. Teme comprar una mascarilla carísima y que no le sirva para nada. Le gustaría tener garantías, es una persona racional. Busca saber qué productos usan sus referentes de confianza para seguir las recomendaciones. Tiene estudios universitarios, cada domingo sale a comer fuera con su pareja y dos veces al año hacen un viaje al extranjero. Les gusta el cine, el teatro y los restaurantes elegantes. Sus ingresos anuales están entre cincuenta y cien mil euros. Alguna vez ha comprado por Internet, pero no le gusta hacerlo. Prefiere comprar en tiendas cercanas a su domicilio para no usar el coche. Podríamos seguir, pero seguro que se entiende la idea: sé concreto. ¿Qué datos incluir? La norma es que, al menos empezando, cuantos más mejor. Pero asegúrate de que sean coherentes. Si tienes un cliente ideal real a partir del cual empezar a trabajar, genial. En caso contrario, mucha atención a la investigación. Hay datos que pueden no parecer relevantes. ¿Cómo definir a ese buyer persona sin ir demasiado lejos? Como mínimo incluye: Poder adquisitivo: cuánto dinero puede gastar. Evita dirigirte a un público con el que es imposible hacer un negocio que te sea rentable. Grupos de referencia: qué y quién le gusta, cuál es su jerga. Necesitas conectar y no lo harás sin diferenciar tu mensaje. Los humanos somos animales tribales, nos gusta agruparnos y competir entre nosotros; aprovéchalo. ¿Dónde está? Ten claro en qué espacio o espacios podrás hacerle llegar tu mensaje. Quizás sea en redes sociales, en carreteras, leyendo periódicos o que el mejor modo de llegar a él sea a través de su buzón. En otras palabras, quizás debas invertir más en soluciones gráficas o tal vez el foco tendrías que ponerlo en soluciones audiovisuales. ¿Cuáles son sus dolores y placeres? Ten clara la transformación que estás ofreciendo y cómo la ligas a los deseos del cliente; trata de hacerlo en sus propias palabras. Entiende las motivaciones detrás del proceso de compra (el customer journey desde el principio), Esto te ayudará con el copywriting. Esperamos que este artículo te haya ayudado a tener más claro quién es tu buyer persona. Si quieres que trabajemos en tu proyecto, contacta con nosotros. Entre otros servicios, te ofrecemos una consultoría.
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