En la actualidad, muchas marcas han conseguido tener un vínculo emocional con sus consumidores, como es el caso de Apple o Coca-Cola, ya que representan estilos de vida idílicos o aspiracionales. La publicidad y comunicación de estas marcas es uno de los muchos factores que propician este vínculo emocional entre los consumidores y las compañías y sus productos.

Pero no todas las marcas buscan crear una conexión emocional con sus clientes, ya que en algunas campañas publicitarias es más efectivo mostrar las características y ventajas del producto totalmente racionales y objetivas, que recurrir a crear contenidos en los que las emociones le quiten el protagonismo.

Publicidad emocional

Esta publicidad se caracteriza porque apela a los sentimientos de los consumidores y al mismo tiempo mantiene relación con el producto, su imagen y su posicionamiento.

Está basada en el simbolismo y la subjetividad. Consiste en construir un mensaje con el que el receptor se identifique de forma inmediata. Es decir, dotar al producto de significados y valores subjetivos para configurar su imagen.

En este tipo de publicidad el producto anunciado queda en segundo plano, ya que lo realmente importante son las sensaciones o sentimientos que experimentan los consumidores con él.

Las marcas que suelen hacer uso de las emociones en sus campañas publicitarias favorecen el recuerdo y la notoriedad, ya que se registran en los sistemas cerebrales con mayor facilidad y consiguen quedarse en la memoria a largo plazo. Es decir, favorecen al recuerdo inducido, y mejor aún, al espontáneo, llegando a posicionar a la marca en su top of mind (siempre y cuando las emociones que genere sean positivas).

Una de las marcas que más utiliza la publicidad emocional es Coca-Cola. Sus campañas publicitarias no tratan únicamente de destacar las cualidades que tiene su producto, sino que suelen apoyarse en valores universales como la felicidad o la alegría, conceptos que están presentes en campañas como “Destapa la felicidad” o “Comparte la felicidad”, entre otras. Solo viéndolos una vez, ya quieres beber este refresco y vivir esa experiencia que proponen.

 

El sector de la automoción también se alimenta mucho de este tipo de publicidad. En una época en la que los avances tecnológicos ya están implementados en todas las marcas y, prácticamente, todos los modelos, hay pocos aspectos de diferenciación más allá del diseño (siempre que hablemos del mismo tipo de segmento, para no contar con el precio como aspecto diferenciador racional), por lo que se centran en sentimientos que genera el coche el que lo conduce.

 

Publicidad racional

A diferencia de la publicidad emocional, la racional está basada en la objetividad. Los mensajes suelen ser informativos y lógicos para explicar al consumidor la utilidad real que puede encontrar en el producto o servicio anunciado. En este caso, el producto es el protagonista del mensaje. Y todo el contenido gira en torno a su utilidad para motivar a los consumidores. Por medio de una argumentación lógica de las ventajas de dicho producto.

Por ejemplo, los testimoniales proporcionan de la mano de un supuesto consumidor las virtudes del producto y su utilidad.  Generalmente los anuncios de productos de limpieza suelen utilizar argumentos racionales para confirmar su eficacia. Apoyados siempre en imágenes demostrativas en las que se resuelve un problema (normalmente muy magnificado) de manera sencilla gracias al buen funcionamiento del producto.

Hay que tener en cuenta que depende del producto es conveniente utilizar un tipo de publicidad u otra. Ya que no es lo mismo anunciar un detergente que un perfume de lujo, por ejemplo.

A pesar de haber hecho esta distinción entre ambos tipos de publicidad. Muchas veces, en una misma campaña se combinan argumentos emocionales, como las sensaciones que despierta el producto. Frente a argumentos racionales, como su precio o lo fácil que es encontrarlo en el supermercado más cercano.

En nuestra amplia experiencia en el mercado, hemos empleado ambos tipos de publicidad, en muchos sectores. Ambas funcionan, pero hay que saber elegir cuál es la adecuada para cada producto o servicio. O cuál es el momento de potenciar la razón o el corazón. ¿Quieres ver alguno de nuestros trabajos?

Si buscas una agencia creativa para diseñar una campaña de publicidad racional, llámanos.