El packaging, con el paso del tiempo, ha ido adaptándose a las diferentes tendencias, ya fueran estéticas, de consumo o de tipo social. El coronavirus lo ha puesto todo de cabeza y el packaging, como tantas otras cosas, no ha quedado al margen. Después de años condenando el exceso de plásticos y sus funestas consecuencias, de repente, debido al virus, muchos volvimos al hábito de comprar productos envasados, ya que parecía una manera segura de mantener los alimentos alejados del contacto con el exterior. El consumo de productos sobreprotegidos se ha incrementado y, de la misma manera, las exigencias por parte de los consumidores.
Aunque un estudio de la OCU (Organización de Consumidores y Usuarios) ya demostró que el packaging no es un transmisor de la enfermedad tras analizar la presencia o no del virus en distintos tipos de productos empaquetados, los consumidores han acrecentado su preocupación por las medidas de higiene. Tomando en cuenta la intranquilidad de los clientes, los representantes sectoriales señalan que en estos días el packaging ha recuperado su auténtica razón de ser: proteger lo que importa y hacerlo llegar a la sociedad. Los envases, los embalajes y la esterilización son la solución para acercar los productos a las personas garantizando la seguridad y la higiene. Dichos aspectos, además, generan un “efecto placebo” en los consumidores.
El Packaging en el e-commerce
El crecimiento del e-commerce ha creado un nuevo reto en términos de packaging y de envíos. No solo supone un reto en sostenibilidad medioambiental (a más compras online, más uso de plásticos y cartones que a veces no llegan ni a entrar en nuestros hogares) sino que además ha obligado a muchas compañías a plantearse cómo presentar sus productos a sus compradores online. De igual manera, como consumidores, debemos tener presentes una serie de medidas preventivas en el último eslabón de la cadena del comercio electrónico: la entrega a domicilio. Para ello, las autoridades transmiten estas recomendaciones:
- Aguardar unos segundos antes de abrir la puerta para que el repartidor disponga de margen para alejarse.
- Elegir el pago online en el momento de la compra o, si hay que optar por el pago contra reembolso, abonar el importe con tarjeta o vía aplicación móvil.
- Esperar a que el mensajero se marche para coger el paquete e introducirlo en el hogar.
- Para extraer los productos, abrir el paquete, lavarse las manos, sacar los artículos, desechar el embalaje, e higienizar las manos de nuevo antes de manipular los objetos. Limpiar cuidadosamente la superficie sobre la que haya descansado el envío. Sí, lo sabemos: es un rollo. Pero es seguro.
El Packaging en la comida para llevar
En otro aspecto, desde que se habilitó el servicio de entrega de comida a domicilio, el uso del packaging denominado “para llevar” jugó un papel importante durante esta etapa. Muchos restaurantes tuvieron que habilitar o limitar sus ventas a la recogida en restaurante u optar por servicios de delivery, sin dejar de lado la calidad de sus productos. Esto no solo ha ampliado el mercado de ese tipo de packaging, sino que a medio plazo ha abierto un sinfín de posibilidades a la hora de innovar en diseño y funcionalidad.
El Packaging y el medio ambiente
El coronavirus también ha provocado un ardiente debate sobre el envasado de alimentos y el envío de productos. Algunos sectores han utilizado esta crisis para enfatizar que el plástico es vital para proteger los alimentos de los gérmenes y extender su vida útil. Por otro lado, los ecologistas señalan que la pandemia resalta el hecho de que el plástico desechable es insostenible y transportador de bacterias dañinas. Así, los alimentos y las empresas, bajo la presión de activistas y consumidores, se encuentran actualmente en una misión (¿imposible?): repensar los envases de plástico para que no sean tan dañinos y avanzar hacia una economía ecosostenible.
Los consumidores, ahora más que nunca, quieren tener claro que lo que están comiendo, recibiendo o ingresando en sus hogares es seguro. Esto obliga a las marcas a diseñar su packaging con esa idea en mente y reforzando las percepciones de seguridad, cuidado y transparencia, pero con un reto medioambiental presente. En NCA creemos en la creatividad a la hora de afrontar estos retos ecosostenibles y estamos seguros de que se encontrará una alternativa que equilibre la balanza, entre lo cómodo y lo contaminante. Porque solo tenemos un planeta y tenemos que cuidarlo.