El análisis de la competencia resulta imprescindible para conocer la situación y las posibilidades de tu empresa
A través de él, puedes saber cómo está funcionando el mercado y hasta qué punto estás compitiendo bien. ¿Te identifican tus clientes como una alternativa cierta? ¿Cómo te valoran respecto a tus rivales? ¿Qué puedes aprender de tu competencia? Las respuestas a estas preguntas te aportan información muy valiosa para tu comercialización.
¿Qué es un análisis de competencia?
Antes de explicar cómo debes analizar a tu competencia de acuerdo a tu plan de marketing, es importante que te familiarices con este término. El benchmarking es un proceso continuado en el tiempo cuya finalidad es obtener referencias de tus competidores que te permitan mejorar tu marca.
Es, en todo caso, mucho más que una acción puntual centrada en copiar a los rivales. Se trata de establecer una estructura y una estrategia, dentro de la legalidad, para recopilar referencias e información sobre lo que están haciendo tus rivales. Y, una vez obtenida esa información tan valiosa, adoptar las conclusiones a tu situación y circunstancias.
¿Cómo llevar a cabo un análisis de la competencia eficiente?
Completar el estudio de mercado con un buen análisis de los competidores es una de las claves del éxito. En realidad, conviene hacerlo en diferentes ámbitos, que incluyen la identidad corporativa, la creación web, el marketing digital y la experiencia del cliente. Las conclusiones de estos análisis son un material muy útil para desarrollar tu propio plan de marketing optimizado. Pero ¿cómo debes estudiar a tu competencia? Existen cinco pasos que has de seguir.
Pero ¿cómo debes estudiar a tu competencia? Existen cinco pasos que has de seguir.
1. Planificación
Si estás familiarizado con las acciones mercadológicas, ya sabes qué importancia tiene prever y plantear cómo actuar en cada momento. Por eso, antes de emprender una acción de investigación de tus competidores has de:
1. Definir qué quieres medir.
2. Establecer a quiénes vas a analizar.
3. Concretar cómo lo vas a hacer.
El análisis de la competencia siempre ha de partir de uno mismo. Precisas tener claro qué parámetros o aspectos propios te gustaría mejorar y, a partir de ahí, qué clase de benchmarking vas a aplicar.
A partir de ello, estás en condiciones de configurar el equipo de trabajo encargado de esta labor. Incluso puedes plantearte confiar en una auditoría externa para su realización.
2. Recopilación de datos
Los mejores indicadores de lo que está ocurriendo no son las opiniones ni las creencias, sino los hechos. Por eso, y ahora mucho más gracias al big data, tienes que apoyarte en datos objetivos que reflejen la realidad.
Así, tu investigación debe reunir la mayor cantidad posible de datos útiles sobre el mercado, tu competencia y sus clientes, ya que de su cantidad y calidad depende la validez informativa del proceso. Utiliza fuentes externas e internas cien por cien fiables.
3. Análisis de información
Los datos son indicadores capaces de marcar tendencias, realidades y hechos objetivos. Sin embargo, no es suficiente saber qué está ocurriendo: lo más importante es establecer por qué. Una cosa son los síntomas y otra distinta las causas; es precisamente en estas en las que debes centrarte.
Esta investigación ha de servirte para reconocer oportunidades de mejora, fortalezas y debilidades. A partir de esos resultados, has de convertir este estudio en algo vivo, estimulante y positivo para tu organización. Por ello, en las conclusiones tienen que figurar planes concretos de actuación y mejora
4. Implementación
La investigación de tus competidores ha de ser absolutamente operativa. No es un entretenimiento ni una acción teórica, sino un recurso útil para cambiar las cosas. Por ello, tras compilar y analizar la información requerida, es el momento de llevar a la práctica las acciones de mejora derivadas de ese análisis.
Las conclusiones y puntos de desarrollo identificados deben adaptarse a los recursos que tienes en tu empresa. En este sentido, has de concretar unas acciones específicas que sean apropiadas, medibles y concretas. En cualquier caso, los mayores beneficiados de ellas han de ser tus clientes.
5. Supervisar el plan
El benchmarking nunca es un punto de llegada, sino que se trata de un proceso continuo que se realimenta a sí mismo. Por este motivo, debes analizar de modo permanente cómo están funcionando las decisiones adoptadas en tu organización. A partir de ellas, es preciso seguir estudiando a la competencia, pues los mercados y las circunstancias evolucionan de forma constante.
Por lo tanto, este proceso ha de ser vivo y continuo. Conocer qué hace la competencia en términos de producto, precio, distribución, comunicación y proveedores es muy inspirador en todo momento. ¡Asegúrate de mantener esta labor en el tiempo!
Sin duda, el análisis de la competencia es una cuestión capital para la competitividad de tu marca. Así que debes llevarlo a cabo con tus propios recursos, con una auditoría externa o combinando ambas opciones. ¿Necesitas un apoyo especializado? Contacta con profesionales y déjate ayudar en la dirección adecuada. ¡Empieza hoy mejor que mañana!