Videollamadas ¿qué opciones hay?
Han pasado más de dos meses desde que el covid-19 nos obligara a confinarnos en casa y habilitar nuestros salones y habitaciones para convertirlos en oficinas. Como sabéis, en NCA decidimos no pararnos y cambiamos nuestro modo de trabajar, y lo cierto es que hemos conseguido implementar el teletrabajo en tiempo récord gracias a las aplicaciones de videollamada. Al inicio del confinamiento, en nuestro post “Teletrabajo: qué hacer y qué no” ya os dimos algunas recomendaciones sobre cómo mantener una rutina productiva en casa. Hoy os queremos hablar sobre las que, probablemente, hayan sido las herramientas más utilizadas desde que empezó el confinamiento: las aplicaciones de videollamada. ¿Qué opciones hay? ¿Cuál es la mejor? Estas aplicaciones nos han permitido salvar virtualmente las reuniones de grupo que todavía siguen vetadas en las calles, viviendas y centros de trabajo, y resultan muy útiles para gestionar y sincronizar tareas de manera remota y mantener el contacto con nuestros compañeros. Existen decenas de aplicaciones de videollamada que podemos utilizar y todos tienen sus ventajas e inconvenientes. ¡Veámoslos! Skype Ha sido durante años el programa de videollamadas por excelencia. Es completamente gratuito, aunque dispone de una solución profesional de pago. Cuenta con versiones para escritorio tanto para PC como para Mac; versiones para dispositivos móviles Android, iPhone y Windows 10, para tabletas e incluso para algunos modelos de TV y consolas, y también dispone de una versión online. Permite videoconferencias con un máximo de 50 usuarios, compartir archivos y mostrar la pantalla de tu ordenador, lo que resulta muy útil en reuniones de equipo, por ejemplo. Además, en su última actualización, ha incorporado una opción de grabación que permite a los participantes guardar en su ordenador cualquier momento de la videollamada. Como inconvenientes, encontramos que ofrece menos calidad de audio y vídeo que otros programas. Zoom Zoom ha sido el programa de videollamada estrella del confinamiento, pese a los recientes problemas en temas de privacidad. Dispone de una app para escritorio y para dispositivos móviles con sistemas operativos iOS y Android y cuenta con una extensión para los principales navegadores. De hecho, no es necesario instalar nada ni estar registrado para asistir a una reunión; esta ha sido una de las ventajas que seguro que ha contribuido a su gran éxito durante este confinamiento. A diferencia de Skype y HangOuts, es un programa de pago por suscripción y aunque cuenta con una versión gratuita esta tiene algunas limitaciones. Por ejemplo, en videollamadas de más de dos personas se limita su uso a 40 minutos, aunque puedes reactivar la sesión y continuar 40 minutos más las veces que quieras. Otro de sus puntos fuertes es que permite programar llamadas generando un ID de la conferencia que se envía por correo a los participantes. Además, no es necesario que la persona que organiza la llamada esté presente. También dispone de múltiples opciones como un chat, la posibilidad de grabar las conferencias y de compartir pantalla y otros archivos como PowerPoints, imágenes, vídeos, páginas web e incluso la pantalla de tu móvil o tablet; y otras un tanto más divertidas, como mostrar fondos y pizarras virtuales. Además, es el programa que ofrece la mejor calidad de vídeo e integra el uso de plataformas como Outlook o el calendario de Google, lo que permite recibir notificaciones relacionadas con reuniones programadas. ¿Inconvenientes? La duración limitada a 40 minutos en la versión gratuita. Aunque se pueda reactivar, resulta muy incómodo cortar la reunión para volver a conectarse. Google HangOuts Google Hangouts es el sistema gratuito de videollamada de Google. Basta tener una cuenta de correo de Google para usar la aplicación, lo que lo convierte en un programa muy accesible. Se puede usar tanto en Windows como en MacOS dentro de los navegadores Chrome o Firefox, por lo que no es necesario bajarse ninguna extensión. En cambio, para tabletas y smartphones iOS y Android hay que descargarse una app específica. Permite hacer llamadas de hasta 25 personas (con el plan Business) o 10 con el plan básico. Al igual que el resto de aplicaciones, permite compartir la pantalla con el resto de usuarios de la llamada y una de sus características especiales es que se pueden editar de forma colaborativa documentos en Google Docs o Drive mientras se lleva a cabo la reunión. También permite realizar emisiones en directo a través de otras plataformas como YouTube, por ejemplo, por lo que es ideal para organizar seminarios o clases en directo. Por otro lado, entre sus inconvenientes hallamos que al compartir pantalla se deja de ver al participante, por lo que la comunicación puede resultar un poco más complicada; y la calidad de vídeo que proporciona es inferior a la del resto de aplicaciones de las que hemos hablado. Google Meet Esta aplicación, también de Google, es como la “opción para empresas” de HangOuts. Funciona de la misma manera y tiene las mismas características. Lo único que cambia es el número de participantes: mientras HangOuts solo permitía reuniones de un máximo de 10 personas, Google Meet permite conectar hasta 100 usuarios de manera simultánea. Y, en caso de emitir por streaming, la aplicación soporta el acceso de hasta 100.000 usuarios al mismo tiempo. Jitsi No es de los programas más conocidos pero durante este confinamiento se ha popularizado bastante debido a que es completamente gratuito y open source: no es necesario crearse una cuenta para utilizarlo y permite organizar reuniones en las que cualquier persona puede entrar. De hecho, es el programa que se ha estado usando en las ruedas de prensa de Moncloa. El resto de sus características son similares a la de todos las aplicaciones de videollamada: tiene un chat interno, permite compartir la pantalla de tu dispositivo y otros documentos y archivos y programar reuniones. Estas herramientas digitales nos ayudan a seguir trabajando de manera óptima desde casa, ya que constituyen una forma de comunicación sencilla y muy ágil, casi como si estuviéramos en la oficina con nuestros compañeros y compañeras. Aun así,